Invierno Profundo

Al ritmo de esta canción, que hacía eones que no oía, volveré a publicar algo por este pequeño rincón mío.

Hace más de un año que no escribo nada… y como tal, han pasado muchas, muchísimas cosas. He ganado, he perdido, he luchado, he ayudado… en definitiva, he vivido. Quizás no como me imaginaba, pero lo he hecho. Y siendo sinceros, creo que he salido bastante bien parado de todo ello.

¿Qué es lo que me hace pensar eso? Simplemente, que sigo vivo. Y aunque puede que a veces sienta que el camino que tomé no es el correcto, sigo adelante con la cabeza bien alta. ¿Por qué? Porque lo que tengo por delante, aunque no sea lo que yo había esperado, sigue siendo mi camino. Y como tal tengo que seguir caminando por él y luchando por llegar al final, o al menos por disfrutar el tiempo que paso en él.

Escribo esto en la soledad de mi habitación, días antes de fin de año, con el frío rodeándome. Pero no es tan malo como se puede entender por estas palabras.
Una estufa calienta mi cuerpo, con lo que me olvido del resto de mi habitación y de si hace frío o no. Mis padres están cerca, con lo que la soledad se vuelve calidez. Aparte… tengo estas palabras que estoy escribiendo, y que aunque no lleguen a muchos de vosotros… es mi modo de hablar también con vosotros.

Supongo que en cierto modo quiero dejarme claro que he vivido, y que sigo viviendo, me ocurran cosas buenas o cosas malas. Que… no sé, que las prisas y los miedos no sirven de nada, y que tomarse la vida con calma es de las mejores cosas que podemos hacer.
Quizás mañana aparezcamos muertos, eso no se puede negar. ¿Y qué? Si he vivido siempre mi vida conforme a lo que yo he decidido, aunque no haya hecho todo lo que haya querido hacer, ¿qué problema hay? Yo podría morir mañana y sí, tendría pena por un montón de cosas inconclusas que dejaría atrás, pero… habría vivido feliz al menos. Y con prisas o miedos no se puede vivir feliz, es una infelicidad continua, y nadie debería tener que pasar por eso.

Creo que volveré a echarme la manta por encima y a recordar viejos tiempos (es lo que tiene estar en mi ordenador de sobremesa que tiene 7 años ya, el pobre).

Cerré mis ojos y los volví hacia mi corazón.
Como un hombre pide vino antes de luchar,
Pedí un sorbo de anteriores y más felices escenas
Esperando así poder cumplir bien mi cometido
Piensa primero, pelea después- el arte del soldado:
Un paladeo del tiempo pasado lo pone todo en orden.

Robert Browning – Childe Roland a la Torre Oscura llegó

Y un agradecimiento muy especial a la princesa que me volvió a dar la llave de esta biblioteca, que perdí hace mucho tiempo y que ahora he vuelto a encontrar. Sí, estaba en mi propio castillo, pero… un castillo tan grande y con tantas puertas, es normal que algunas habitaciones se olviden. Así que… gracias.

Deja un comentario